Este año ha sido especialmente duro para todas aquellas personas que padecen alguna clase de alergia.
Cada año se diagnostican nuevos casos de personas con sensibilidad, alergia o intolerancia a alguna sustancia alimenticia, polen, u otras.
Es un dato que va en aumento y cuyas causas aun no se conocen del todo. Para paliar esta clase de dolencias en una primera fase se trata de identificar cuál es su origen. Después se plantea un tratamiento para curarlo y paliar en lo posible los síntomas que producen.
En el sitio web del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social hay un apartado donde se explica qué es la polinosis o alergia al polen, cómo se produce la alergia a los pólenes, y cómo es posible su tratamiento.
Cuando se sufre algún tipo de alergia por lo general se precisa de un tratamiento médico y por tanto el uso de fármacos, es importante destacar que su empleo puede afectar en la conducción del vehículo cuando el mismo transita tanto en ciudad como por carretera.
Estos medicamentos suelen tener una base en su composición parecida para paliar sobre todo los síntomas de la dolencia de manera que pueden producir somnolencia. En la información del prospecto de dicho medicamento se especifica si es o no recomendable conducir mientras se toman estas medicinas o bien si se prohíbe directamente.
De por sí el padecer algún tipo de alergia varía en función de la manera en que la misma afecta a cada persona en particular. Puede ocurrir que sólo afecte al sistema respiratorio o también a otras partes del cuerpo como por ejemplo irritación en los ojos.
Cualquiera de los dos supuestos son un riesgo en la conducción debido a que una dificultad en la respiración provoca una menor oxigenación y por tanto unos reflejos menores así como la posibilidad de desmayos y vértigos.
También es un riesgo muy alto que, entre otros síntomas, afecte a los ojos por secreción lacrimal de manera que la visión sea limitada y por tanto sea más arriesgada la conducción por falta de visión de la carretera así como de otros vehículos que circulan próximos. Este supuesto de «riesgo de accidente» quedaría encuadrado en distracciones al volante.
Las alergias también producen estornudos que en algunas personas se producen casi de manera continua lo cual puede hacer más que peligrosa la conducción de un vehículo cuando los mismos se producen.
Tanto alergias como el padecimiento de otras enfermedades pueden generar estados febriles y una congestión elevada. Ninguno de estos síntomas harán seguro el uso de un vehículo.
En caso de somnolencia por el tratamiento de estos medicamentos que suelen ser antihistamínicos también se puede producir una falta de reflejos notable en la reacción ante imprevistos durante la conducción.
También hay que señalar que la somnolencia puede producirse debido a que la persona que padece la alergia generalmente no duerme bien a causa de la misma y esa falta de descanso puede influir mucho de manera colateral en la conducción como por ejemplo en la falta de reacción ante situaciones de peligro así como sufrir otra clase de distracciones.
Las alergias pueden afectar de un modo más o menos severo según la región en que nos encontremos. Igual que hay mapas para determinar el riesgo de ciertas enfermedades en países tropicales o según su estado de desarrollo, también hay sitios web que informan sobre los niveles diarios de polen en cada una de las regiones.
Estos sitios web son dinámicos de manera que se van actualizando a medida que cambia la época del año, la manera en que las plantas germinan y sobre todo las condiciones climáticas que lo favorecen como son lluvias y vientos.
También hay otros sitios web que cubren regiones más amplias a nivel mundial y que tienen especialmente en cuenta las latitudes y variaciones en el clima según las estaciones del año.
En los casos que antes se señalaban, si se produjese un accidente y alguno de los conductores involucrados estuviese tomando alguna clase de medicación, tras un análisis en sangre habría que determinar si se podría tipificar como delito estando dentro de los supuestos donde la persona toma algún tipo de droga.
En la actualidad se reconocen a nivel estadístico que al menos entre el 5% y el 10% de los accidentes son originados por causa del uso de medicamentos.
Como dato de interés se destaca que la Agencia Española del Medicamento puso en marcha en el año 2007 un programa para advertir de los riesgos del uso de medicamentos que reducían la capacidad en la conducción.
Además se elaboró un listado para los profesionales de la medicina con los medicamentos incompatibles con la conducción, entre otros aquellos que son relajantes musculares, antidepresivos y antihistamínicos.
En controles y análisis rutinarios realizados por la Guardia Civil de Tráfico es posible que se dé positivo en dichos controles cuando se está bajo los efectos de alguno de estos tratamientos.
En caso de accidente o bien control rutinario es necesario un análisis en sangre más exhaustivo que determine si se trata de un «falso positivo» o bien la concentración en la sangre del conductor de estos medicamentos es incompatible con la conducción de un vehículo o máquina peligrosa y por tanto motivo de multa, sanción o detención, según sea el caso.
Hay medicamentos muy potentes que merman las capacidades del individuo hasta el punto de superar otras drogas más populares y que están totalmente prohibidas.