Con frecuencia encontramos por todas partes a numerosos ciclistas que recorren las carreteras.
El código de circulación estipula que tanto en la red de vías secundarias así como en carreteras nacionales, estará permitida la circulación de bicicletas, teniendo preferencia siempre que sea por un arcén debidamente señalizado.
También se permite su circulación en autovías para ciclistas mayores de 14 años salvo que alguna señal lo prohíba específicamente. En autopistas no se permite debido sobre todo a las velocidades a las que se circula.
En las carreteras nacionales, no exentas de peligro para el ciclista, vemos que los arcenes son superiores. Este ancho de arcén es superior porque el ancho de la vía es mayor y determina la velocidad a la que se puede circular por la misma.
En este sentido, cuanto más pequeña sea la vía menor será la velocidad a la que se puede circular por ella, y el ancho en el arcén será proporcional a ambos, es decir, el ancho de vía y su velocidad.
Por eso en carreteras secundarias encontramos arcenes mucho menores lo cuál obliga a estos ciclistas a ocupar en parte el carril por el que circulan el resto de vehículos.
De todos modos, el código de circulación ampara la preferencia de ciclistas a usar dicho carril, en donde por facilitar la circulación estos ciclistas usan en lo posible parte del arcén pudiendo ocupar completamente el carril normal.
Debido a la diferencia de velocidad de ambos vehículos y la falta de visibilidad al ser un cuerpo más pequeño provoca en numerosas ocasiones que el coche produzca el alcanzamiento del ciclista y posterior atropello poniendo su vida en serio peligro.
A favor del ciclista siempre estarán carreteras más anchas con un arcén amplio y bien asfaltado.
También hay carreteras muchísimo más pequeñas con un arcén de apenas 30 centímetros y otras mucho menores en donde ni siquiera lo hay. Aquí es incluso peligrosa la circulación de doble sentido para los vehículos que circulan por ella sobre todo cuando ambos vehículos se encuentran, teniendo que aminorar la marcha.
Si además hay ciclistas de por medio, la cosa se complica porque es necesario reducir la velocidad hasta los diez o veinte kilómetros hora para después adelantar con garantías.
En el caso de carreteras estrechas en montaña, la velocidad de estos ciclistas, por la empinada pendiente puede ser de tan solo 5 o 10 kilómetros hora, donde la baja velocidad se combina con las numerosas curvas en donde un vehículo se puede encontrar literalmente con estas bicicletas de repente.
Especial peligro revisten las carreteras secundarias en donde circulan vehículos pesados. Estos camiones de gran tonelaje, por las cargas que transportan en ciertas zonas, como centros logísticos o materiales de construcción, ya lo tienen complicado para circular por esas vías tan estrechas.
Si a esto le unimos la frecuencia con la que se cruzan en ambos sentidos gran cantidad de estos camiones, introducir a un ciclista circulando allí en la ecuación, dará un resultado fatal a medio plazo.
Sorprende ver como a pesar de lo incómodo que debe resultar circular por estos sitios, esos ciclistas llevan su afición bien lejos tratando de recorrer grandes kilometrajes, no exentos de un enorme riesgo, sobre todo a la velocidad que circulan esos camiones y su imposibilidad, por el ancho de la vía, de prácticamente adelantar a ciclistas con garantías.
A finales de primavera se sucedieron las noticias de atropellos frecuentes de ciclistas tal vez como consecuencia de la llegada del buen tiempo y una mayor presencia de los mismos.
Casi a diario los medios de comunicación se hacían eco de algún suceso de este tipo.
Ante estos sucesos, se elaboró con rapidez desde la DGT en colaboración con fundaciones de medios de comunicación, una campaña urgente para ponerlo remedio.
Se incidió en dicha campaña en respetar la distancia de metro y medio en los adelantamientos a ciclistas para garantizar su seguridad.
Parece que la campaña dio sus frutos y concienció a la población en general sobre la seguridad de ciclistas.
Sin embargo hay otras muchas opciones para ganar en su seguridad.
Una opción muy extendida es el uso de un vehículo de apoyo para indicar el comienzo de un grupo de ciclistas circulando. Este vehículo al alcance sólo de peñas ciclistas, va provisto de señales luminosas indicando al resto de vehículos la presencia de ciclistas más adelante.
Otra opción es aumentar los anchos de las carreteras. Esta iniciativa forma parte del programa de mejoras y mantenimiento vial de carreteras actual y que ya se inició hace varios años.
Consiste en ampliar los arcenes dotando los laterales de pavimento nuevo, tras lo cual se asfaltan los mismos o bien se aprovecha para asfaltar de nuevo toda la vía, la cuál adquiere una nueva vida útil mejorada.
Toda iniciativa en este sentido será aplaudida y bien recibida tanto por ciclistas como por conductores.