La reparación del asfalto por nevadas, como las caídas durante la tormenta Filomena, ha contabilizado numerosas intervenciones.
Las bonitas estampas invernales de primeros de enero de este año dos mil veinte con paisajes nevados e imágenes insólitas de ciudades cubiertas por la nieve, dejaron paso a daños muy visibles ya al segundo día.
Sin embargo, siguieron apareciendo otros daños, al comienzo menos visibles, pero que tras cerca de dos semanas retirando la nieve se descubrieron como bastante notables.
La reparación del asfalto por nevadas. Daños sobre árboles.
Los primeros efectos de esta gran tormenta de nieve fueron visibles a través de carreteras y calles cubiertas por la nieve. Aquella nieve que cayó el día anterior se heló y sobre dicho hielo nevó durante un día y medio de manera continuada.
Eso provocó el atrapamiento de vehículos en medio de autopistas y carreteras, así como el bloqueo de toda clase de pasos, vías de ferrocarril y las pistas del aeropuerto.
En los primeros días los daños más visibles fueron notables sobre los árboles y las plantas.
El peso de la nieve que aumentó de manera progresiva sobre toda clase de plantas ocasionando una torsión en sus ramas llevada al límite.
La mayoría de las plantas afectadas fueron los árboles de hoja perenne y con ramas rígidas.
Las coníferas como el pino piñonero o el pino carrasco fueron los protagonistas de la mayoría de árboles quebrados de gran tamaño.
En la ciudad hay numerosos árboles de hoja perenne a lo largo de muchas de sus calles. En la ciudad de Madrid, una de las más afectadas por esta nevada, existen cerca de trescientos mil ejemplares repartidos por más del 55% de sus calles.
La reparación del asfalto por nevadas. Contabilización.
El peso de la nieve, así como las temperaturas de hasta diez grados bajo cero durante semana y media, debilitaron más aún si cabe, un pavimento que ya antes, precisaba mantenimiento.
Los pavimentos que mejor soportaron los daños fueron los nuevos y aquellos con un mantenimiento frecuente.
El paso de grandes excavadoras y camiones para retirar la nieve provocó en muchos núcleos urbanos el hundimiento de secciones de calles. Además del paso de estas máquinas de gran tonelaje influyó también el peso de la nieve acumulada durante días.
Red de alcantarillado.
Esa red de alcantarillado sirve también para dar una salida al agua de lluvia que cae por los tejados y recorre la superficie de las calles. Esta agua que termina en las cunetas hasta llegar a los desagües que se precipitan a dicha red.
Otros daños muy visibles, ya con la nieve retirada, fueron los del asfalto arrancado por las quitanieves, palas de excavadoras y tractores quitanieves improvisados.
Estas máquinas, al clavar sus palas, en muchas ocasiones, levantaban en sí el pavimento completo que ya estaba debilitado. Junto a la nieve además retiraban literalmente grandes trozos del pavimento.
Pasos de peatones.
También han desaparecido de la red viaria urbana prácticamente todos los resaltes que había junto a los pasos de peatones. Estos resaltes suelen ser de tres tipos. El propio paso de cebra en sí elevado como pavimento, resaltes de cemento o asfalto especial anteriores a dichos pasos, y resaltes de plástico anclados al asfalto mediante tornillos.
Son estos últimos aquellos que han resultado más afectados por su facilidad para ser arrancados por una pala excavadora de gran potencia. Los otros dos tipos también han sufrido algunos daños, pero mucho menores.
Otros daños sobre el pavimento lo han ocasionado las palas metálicas. Tanto operarios como vecinos se vieron obligados a retirar la nieve con el objetivo de poder sacar sus vehículos. Muchas personas necesitaban en su mayoría el coche para acudir a sus puestos de trabajo. Durante varios días, según en qué localidades, eso no fue posible.
De este modo se emplearon además picos metálicos para golpear el hielo que no deshacía.
Por esta razón el pavimento asfaltado sufrió muchos daños de manera que se arrancaron, en gran cantidad, la gravilla que lo sujetaba y que terminó allí mismo, sobre el pavimento desprendido o en las aceras.
Otros daños colaterales.
Este desprendimiento de grava con granulometría variada, y comprendida entre los tres milímetros hasta más de un centímetro, ha provocado después otros daños colaterales.
Esta grava desprendida quedó atrapada en el dibujo de los neumáticos por el paso continuado de vehículos tanto en poblaciones como en viales afectados. Como consecuencia, al aumentar la velocidad en carretera, esa grava atrapada se desprendía de las ruedas provocando con frecuencia impactos sobre las lunas de otros vehículos.
Las compañías de seguros han contabilizado un incremento notable de estos accidentes por todo el territorio. Dichos impactos tuvieron como consecuencia el cambio de lunas por grandes grietas producidas tras el golpe.
La reparación del asfalto por nevadas. Otros daños materiales y personales.
Otros daños que se produjeron fueron por caídas de cables de líneas telefónicas, tendidos eléctricos, averías en centrales de energía entre muchas otras.
Con la llegada del frío extremo durante la noche hubo otros daños frecuentes sobre las canalizaciones de agua. Por la dilatación del hielo se produjeron roturas en las cañerías y así falta de suministro.
También se produjeron daños sobre personas por las numerosas caídas en la calle debido al hielo resbaladizo. Muchas de las personas que se acercaban a los comercios para aprovisionarse de alimentos fueron víctimas de un pavimento lleno de nieve y hielo.
Atravesar aceras y calles con un calzado normal sin tener ningún punto de apoyo, provocó la rotura de codos y muñecas en su mayoría. También se produjeron golpes graves en la cabeza, así como en los tobillos y piernas.
Hubo un incremento en la atención hospitalaria por este motivo en donde se llegó, en algunos centros de salud y hospitales, al agotamiento del yeso para escayolar.
Reparación y reconstrucción.
Debido a todos los problemas antes descritos se dispusieron varias fases para la reparación y reconstrucción.
En un primer lugar se atendió a lo que era más urgente e importante.
Tras retirar árboles rotos, grandes ramas caídas, así como vehículos atrapados, se procedió a reabrir vías y carriles de paso.
De manera progresiva se fueron habilitando calles y carreteras secundarias para la circulación. Finalmente, toda la red quedó libre de nieve.
También se fue retirando la basura acumulada durante días en grandes montones junto a los contenedores.
En una segunda parte se procedió al corte de algunos tramos de calles hundidas y afectadas para su posterior reparación.
En una tercera fase se procedió al uso de barredoras en toda la red vial para retirar grava, arena y lodos acumulados en su superficie.
Semanas después de todo lo acontecido siguieron siendo visibles muchos de los daños ocasionados por la acumulación de nieve. Algunos de ellos los techos desplomados de naves y plataformas, o techos de garajes exteriores, los cuales tardará bastante tiempo en su reconstrucción.