Desde un punto de vista de inversión, los garajes y aparcamientos pueden considerarse una de las maneras más rentables de multiplicar nuestro dinero hoy en día.
Este tema fue tratado en un artículo de este blog en:
https://asfaltomadrid.com/asfaltar-como-una-manera-de-inversion/
Asfaltar estos espacios es por una parte más rentable y por otra más atractiva y duradera desde el punto de vista de la inversión.
Existen muchos tipos de aparcamiento y áreas de inversión propias así como asociadas a las mismas. Se trata de ese espacio disponible para dejar un vehículo estacionado cuando no circula.
Este espacio puede ser cualquier lugar que esté urbanizado que por lo general será una población o ciudad así como todos sus espacios adyacentes relacionados.
Dentro de este grupo encontramos la vía pública que puede ser de aparcamiento gratuito o bien tratarse de estacionamiento regulado en cuyo caso hay que abonar una tarifa por su uso dentro de las fechas y horarios señalados en dicha zona de estacionamiento.
También puede ser un garaje o aparcamiento privado como el que se encuentra en las viviendas, por lo general en sótanos y también en superficie.
En las zonas centrales de las grandes ciudades, debido a la escasez de espacio libre, estos aparcamientos o parking se convierten en lugares de alta ocupación de vehículos, y a la vez son espacios de mayor rentabilidad.
Otros aparcamientos que existen son los situados en lugares donde se continúa un viaje o trayecto mediante otro medio de transporte.
El caso más familiar, en gran parte derivado de un modelo importado de los Estados Unidos, es el de los aparcamientos junto a las estaciones del tren.
El usuario circula con su vehículo desde su vivienda hasta una estación de tren cercana. Deja allí su vehículo estacionado, y se desplaza en tren hasta la ciudad, que por lo general es donde la mayoría de las personas trabajan.
Según la ciudad de que estemos hablando, el medio de transporte puede ser un ferry en donde las personas dejan su vehículo en el aparcamiento del puerto y desde allí se trasladan en barco hasta un puerto situado en la ciudad. Desde allí continúan a pie o lo hacen en metro o autobús.
Es el caso de algunas ciudades canadienses en donde es necesario cruzar amplísimas bahías, o en otras europeas como Lisboa, donde usar un barco para cruzar el río Tajo ahorra muchísimo tiempo, o en grandes metrópolis como Nueva York en donde siquiera introducir el vehículo es enormemente caro en dinero y en tiempo.
Otras opciones de aparcamiento son las que se sitúan en puertos y estaciones como las anteriormente mencionadas así como aeropuertos. Aquí se dispone de aparcamientos de larga estancia mientras se realiza un viaje de largo recorrido, una travesía o bien un vuelo de larga distancia.
Estos lugares son espacios muy amplios situados junto a estas zonas aeroportuarias en donde el suelo es muy económico debido a su lejanía a las grandes urbes. De este modo la tarifa por aparcar aquí puede ser enormemente reducida.
Por último, hay una opción de aparcamiento que va asociada al transporte de dicho vehículo. Se trata del espacio que ocupan estos coches cuando se necesita trasladarlos hasta un lugar concreto.
Hablamos aquí del espacio que ocupa en un vagón de tren que transporta dicho vehículo, por ejemplo si queremos usarlo en otro lugar, bien durante las vacaciones o por motivos de traslado.
También es el caso de barcos que cruzan estrechos o mares. En el caso de la península Ibérica podemos reconocer este tipo de transporte en los barcos que zarpan desde la ciudad de Santander hasta el Sur de las Islas Británicas de modo que atraviesan el mar Cantábrico. También en las rutas marítimas de las Islas Canarias.
Otro caso es el de los barcos que parten de la ciudad de Barcelona o Valencia hasta las Islas Baleares, o bien desde Málaga y Almería hasta la ciudad autónoma de Melilla en el Norte de África.
Otro caso es el conocido tráfico permanente desde la ciudad de Algeciras hasta Ceuta también en el Norte del continente africano.
En todos estos casos que se han mencionado se produce un gasto. El negocio del aparcamiento puede ser directo o indirecto. Cuando se paga un billete de tren o barco con vehículo, en dicho billete se anexa una tasa por dicho transporte.
Es un gasto opcional y variable. Ocurre igual cuando el usuario se aloja en un hotel. A veces el parking está incluido pero la mayoría de las veces se paga a parte.
Así, desde el punto de vista del inversor, el cálculo del beneficio asociado a este sistema de ingreso, puede ser más o menos rentable según su proyecto de viabilidad. Dependerá de las expectativas de negocio, época del año, así como evolución de los sectores asociados a dicha ocupación, por lo general muy relacionado al sector turístico.
Volviendo al tema del aparcamiento urbano y su rentabilidad, según la ciudad de que se trate, podrá ser más interesante el uso del parking privado por horas o bien un uso mixto con transporte público.
Como se mencionaba en el artículo al que se hacía referencia al comienzo, el aparcamiento privado ha experimentado una revalorización de entre un 3,5% a un 7%. Dichos porcentajes dependen de la zona que estemos estudiando así como la población.
Cuando en la zona centro en la ciudad de Madrid la tarifa por hora es, según el aparcamiento, de entre 1€ o 3 €, en otras capitales de provincia puede ser la mitad.
Sin embargo, si nos situamos en ciudades como Nueva York en donde se encuentra «el suelo más caro que existe«, en este caso su precio es altísimo pudiéndose pagar, si se quiere, sólo media hora. No es como aquí que se paga por minutos.
Allí la hora de aparcamiento tiene una tarifa de 33 dólares más el 18% en impuestos, es decir, cerca de 40 dólares la hora.
Puede parecer un dineral pero en realidad en este caso no lo es tanto, sobre todo si consideramos que en esta ciudad el metro cuadrado puede llegar a los 100.000 dólares. Visto así, la hora de aparcamiento es muy económica.
De esta manera según en qué área nos situemos, deberemos calcular dentro del sector del aparcamiento privado, qué modelo nos es más rentable, dependiendo de si somos usuarios o si somos inversores.