«Hazte un arca de madera de Copher: harás aposentos en el arca, y la embetunarás con brea por dentro y por fuera.» Génesis 6,22. 14
Esta es la referencia bíblica que se hace en relación a la «construcción del Arca de Noé» procedente de una antigua versión de Cipriano de Valera en 1876, cotejada con diversas traducciones anteriores de textos originales en hebreo y griego.
«Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en compartimientos y calafatéala con pez por dentro y por fuera.» Génesis 6,22. 14
En este caso se trata del mismo texto pero correspondiente a una de las versiones más recientes, en este caso, del Dr. Evaristo Martín Nieto en 1988.
Es realmente revelador cómo aparecen términos que nos pueden ser de mucho interés para saber más acerca del uso de estos materiales que también se emplean hoy en día.
En estos antiguos textos se mencionan las palabras «embetunar», «calafatear», «brea», «pez», «maderas resinosas», y «madera de Copher».
Pero, ¿de dónde procedían?. ¿De qué materia estaban compuestos?.
Podemos llegar fácilmente a algunas conclusiones si averiguamos algo más sobre el origen y la composición de estas sustancias.
Se sabe que mediante la destilación y transformación de «algunas maderas resinosas», petróleo, hulla y turba, se obtiene el alquitrán.
También se sabe que procede del alquitrán, mediante calentamiento, la brea también conocida como pez.
Y que además, el betún, también conocido como asfalto bien procede de yacimientos naturales o se consigue a partir del petróleo, siendo todos estos materiales de origen orgánico.
Betunes, brea, pez y asfaltos son todos ellos materiales que se deben calentar bastante para convertirse en sustancias líquidas y así poder ocupar los huecos de las superficies que se necesitan cubrir e impermeabilizar.
El término calafatear es propio en la construcción de naves y consiste en introducir, entre dos tablas del casco de dicha nave de madera, un conjunto de estopa y cáñamo impregnado de brea o pez. De este modo actúan como aislante para que no entre el agua durante la navegación.
Y la madera de Copher, se refiere a un árbol llamado «gofer» pero del que en la actualidad no se tiene constancia debido a la transliteración en la traducción de los textos bíblicos desde las primeras épocas hasta hoy.
De este modo se entiende que sería una madera con bastante resina que facilitaría dicho calafateado en la construcción de la nave. En unos casos se ha atribuido al ciprés, al cedro del Líbano o al pino, pero no se puede afirmar con seguridad a no ser que se encontrasen restos del arca original en el futuro.
Origen y usos del asfalto: en la antigüedad y actuales
Como se ha visto antes, materiales como el asfalto, el betún y la brea, ya se usaban hace varios milenios. Actualmente lo asociamos con la modernidad, sobre todo con los automóviles y las carreteras, pero en realidad es mucho más antiguo.
El asfalto es un material pegajoso, viscoso y de color negro que se emplea para pavimentar caminos y carreteras mezclándolo con arena y gravilla. Esto permite que los elementos adquieran una enorme cohesión en su estructura, permitiendo una mayor resistencia mecánica en relación a los vehículos que circulan por dicha superficie pavimentada.
Estas mezclas asfálticas son del mayor interés en la construcción de los miles de kilómetros de autopistas y carreteras que cubren, ya en la actualidad, cualquier país.
Pero desde siempre también su uso ha sido el de la impermeabilización de superficies y grietas, ya fuera en tejados, techos y muros, cuando los mismos estaban expuestos a humedad o al agua de las precipitaciones.
Sus usos son idénticos a los de la antigüedad a los cuáles se han añadido nuevas funcionalidades según la procedencia y características dichas materias.
El asfalto es un derivado del petróleo y se compone de betún o bitumen tal y como se explica en el artículo:
https://asfaltomadrid.com/asfalto-y-petroleo
Del procesamiento del petróleo se obtiene también una lista muy amplia de productos que en la actualidad tienen diferentes usos como es el caso de las gasolinas líquidas, el queroseno, el gasóleo, detergentes, lubricantes, aceites y grasas, ceras o parafinas, negro de humo, brea alquitrán y asfalto.
También se obtiene una larga lista de derivados como son los plásticos, las pinturas, barnices, disolventes, fertilizantes e insecticidas mediante una industria que ha conseguido una especialización cada vez mayor.
El asfalto es una sustancia más pero destaca por ser la fracción más pesada del petróleo crudo lo cuál le confiere muchas de las aplicaciones antes referidas.
Se obtiene como se ha dicha ya, de modo directo por procesamiento en campos petrolíferos. También se encuentra a veces en grandes depósitos naturales que por la geología del terreno, dicho asfalto termina saliendo a la superficie.
Sin embargo, este tipo de explotación ya está muy en desuso. En el pasado se convirtieron estos yacimientos en lugares de máximo interés desde hace milenios hasta bien entrados nuestros días. Esta clase de yacimientos permitía un comercio y una industria con muchísimas aplicaciones anteriormente referidas.
¿Fue real el Arca de Noé?
Cuando se lee el texto del comienzo, debe sorprender que algo así pudiera haber sucedido en realidad. ¿Ocurrió realmente o se trata de un mito?.
Muchas veces se mezcla la realidad con la tradición o la imaginación, y desde un punto de vista de investigación es necesario contrastar «las fuentes» para hallar los hechos originales.
Se ha tomado como punto de partida un fragmento que se recoge en La Biblia. Pero, ¿qué es La Biblia?.
La Biblia procede del plural griego «ta biblia» (los libros ) que cuando se tradujo al latín se transformó en singular, «la Biblia» (el libro). Pero se trata en realidad de una «pequeña biblioteca» compuesta por 73 libros los cuáles recogen hechos históricos atemporales, sociales, políticos, y también religiosos que giran alrededor de la ley y la organización social de las personas en el mundo antiguo, hace ya más de 4.000 años.
La Biblia, más que un libro religioso es sobre todo un libro histórico, de leyes y legislación, así como de organización social.
En uno de esos 73 libros, en el «Génesis» se habla sobre «el Diluvio Universal».
Como se pudo comprobar al comienzo, ya sólo con dos versiones separadas por tan sólo un siglo, se encuentran variaciones notables aunque refiriéndose exactamente a lo mismo.
Podemos hacer la misma investigación en versiones de siglos pasados, obteniendo diferentes matices pero el mismo argumento, en una tarea más próxima a la investigación etimológica que a la investigación técnica y de ingeniería que se quiere destacar aquí, en cuanto al uso de materiales actuales ya en la antigüedad sobre todo en el uso de asfaltos.
Como se mencionaba antes, estos textos bíblicos se usan, con más frecuencia de la que se cree, para tratar de averiguar asuntos de tipo histórico y científico en campos de investigación punteros, como por ejemplo, igualmente referida al Arca de Noé, sus dimensiones.
En la versión actual, se traducen sus medidas a metros aquí en Europa, pero en las versiones actuales americanas, se traduce al sistema métrico equivalente presente allí como pudieran ser pulgadas, pies, millas o yardas.
Si se lee el texto completo de la versión más antigua, la de 1876 referida en este artículo, las dimensiones se expresan en «codos» y no en metros.
Estos codos a su vez, fueron traducidos según el sistema métrico de la época debido a que el codo es una unidad de medida empleada en la Edad Media y que procede por un lado de Roma y Grecia y por otro de los pueblos Árabes llegados a la península los cuales a su vez lo adoptaron de Egipto.
Como se puede ver, un tema muy interesante que puede encontrar la misma controversia y dificultad en su expresión cuando se refiere, en este caso, a maderas concretas empleadas para construir el arca, así como los betunes y resinas empleados para impermeabilizar superficies, que podrían tener uno u otro origen si se obtuvieron a partir del procesamiento de resinas, presentes en la madera, o por el contrario procedían de yacimientos geológicos.
Gestión de proyectos hace 5.000 años: ¿fue el asfalto el salvador de la humanidad?.
Pero, de todo lo que ya se ha mencionado hasta aquí, ¿no resulta sorprendente que se usasen «betunes» y «asfaltos» para cubrir aquella gigantesca nave en forma de arca para albergar, nada más y nada menos que, a una gran población así como especies animales y vegetales de toda clase?.
Curiosamente son estos pequeños detalles y usos específicos aquellos que al final suponen la diferencia entre sobrevivir o no cuando se emplea el talento y la inteligencia suficiente para anticiparse a una situación de catástrofe.
En este caso el héroe anónimo fue el asfalto empleado en el revestimiento de aquella mítica y misteriosa embarcación que, en muchos sentidos, dando por cierta la historia que se cuenta en el Génesis, salvó a todas las especies del planeta de un gran cataclismo.
Desde el punto de vista de ingeniería naval, construcción y gestión de proyectos, la construcción del Arca de Noé tuvo que ser algo verdaderamente colosal.
Debió ser una obra que no se realizó de la noche a la mañana. Construir una nave así debió necesitar de una gran cantidad de mano de obra.
Disponiendo con las personas suficientes, aquellas gentes debieron de iniciar la construcción con una gran antelación para anticiparse al desastre.
Una nave así, debió de construirse en uno o dos años como poco, si se atiende a las dimensiones que se narran, haciendo un cálculo muy aproximado sobre todo sin saber con seguridad con cuántos recursos contaban, tanto en materiales como en mano de obra.
También planea la incógnita en este misterio sobre el momento de inicio y finalización por la llegada del cataclismo. ¿Cómo sabían que llegaría el diluvio?. ¿Observaron indicios previos?.
En los textos se da una «explicación divina». En ingeniería habría que traducirlo por el concepto de «gestión de proyectos y planificación del tiempo».
Tuvieron que emplearse una gran cantidad de árboles en dicha construcción. No sólo hubo que cortar aquellos árboles, sino que sería necesario desplazarlos desde su origen. No se sabe si estaban ya allí o se trajeron de mucho más lejos.
Una vez que estaban allí aquellos troncos se tuvieron que cortar en tablones mediante sierras y hachas.
Además, para calafatear toda la nave tuvieron que emplear muy seguramente varias toneladas de betún, brea y pez con las que impermeabilizar toda la superficie.
¿De dónde trajeron aquel asfalto?. ¿Estaba ya allí o procedía de yacimientos lejanos?. ¿Qué clase de comercio permitía todo aquello?. ¿Era la construcción de naves una industria ya desarrollada?. Y otra pregunta muy interesante: ¿Cómo se pagó todo aquello?. ¿Cuáles fueron las fuentes de financiación?.
Además, para realizar aquella tarea, debieron de contar con profesionales formados en aquellas técnicas de construcción, en grandes obras, y sobre en técnicas de navegación.
¿Hoy en día se podría hacer, con esos medios, algo parecido?.
Johan Huibers es la persona que lidera un proyecto que se inició en 2012 para crear una réplica del «Arca de Noé».
Su idea es cruzar el océano atlántico desde Rotterdam (Holanda), que es donde comenzó su construcción, hasta América, y de paso, obedeciendo a una motivación religiosa personal, difundir las enseñanzas de la Iglesia Católica, tal y como él mismo expresa.
Finalmente el proyecto se ha acogido a un sistema de financiación mediante una campaña de crowdfunding que se quería haber terminado coincidiendo con los juegos olímpicos de Río en 2016.
Para conocer más acerca de este proyecto se puede visitar el sitio web de la Ark of Noah Foundation.
También se muestra un vídeo de Promoción Oficial Arca de Noe de 2012 en donde poder hacernos una idea aproximada de cómo sería construir un arca de madera parecida a la de entonces.
¿Ocurrió el diluvio o no?
Se ha discutido mucho sobre este tema porque no hay pruebas científicas concluyentes que lo corroboren. No se sabe con seguridad si se trató de un hecho local o afectó a todo el globo.
Según algunos científicos el mar Negro era antes un valle gigantesco situado por debajo del mar Mediterráneo, contenido únicamente por los estrechos del Bósforo y de los Dardanelos, los cuáles permanecían cerrados y unidos a la roca en forma de cordillera natural.
Pero la geología, que siempre es cambiante, varió, y según esta teoría defendida por algunos científicos, todo el agua del mar Mediterráneo entró en aquel valle llevándose todo por delante y llenándolo por completo durante varias semanas.
En este caso, la teoría no va unida a la caída de lluvias aunque se podría haber producido el hecho mientras caían las mismas, aunque no tuvieran los hechos, en este caso, relación alguna.
El diluvio universal se ha empleado como tema frecuente en el cine, sobre todo en el cine clásico e histórico. Se puede destacar como una de las primeras películas «La Biblia…en el principio«, de 1966.
Más moderna y con efectos visuales mucho más destacados es la película estadounidense «Noé» estrenada en marzo de 2014 y basada igualmente en el Antiguo Testamento.
Dirigida por Darren Aronofsky, y escrita por Aronofsky y Ari Handel, refleja el mismo estado de catástrofe que la primera película solo que con un reparto distinto, en este caso a cargo de actores contemporáneos como Russell Crowe, Anthony Hopkins y Emma Watson.
Ambos metrajes sirven para hacernos una idea de cómo tuvo que ser aquello y cómo debió ser el arca.
El trailer oficial de esta película se puede ver en el Paramount Movies Channel.
De la mano de las teorías que se hablaron en este capítulo, también se ha teorizado con que el diluvio pudo ocurrir en el mar Mediterráneo, antes seco y separado del océano atlántico por el estrecho de Gibraltar el cuál antes estaba unido.
Según esa teoría tuvo que ocurrir del mismo modo que se teorizó antes con el mar Negro. Pero aquí los geólogos tienen más reservas, y discrepan sobre esta teoría que creen poco probable aunque no la descartan del todo.
En la actualidad existe un cierto consenso científico que afirma cómo hace más de 5000 años, se produjo una inundación que cubrió el planeta, de momento por causas desconocidas y también aún sin pruebas realmente concluyentes.
5.000 años a un nivel geológico permite pequeños cambios como la variación de las líneas de costa, la aparición y desaparición de pequeños lagos y mares, pero siempre en casos muy concretos y definidos.
Otro detalle interesante y curioso de mencionar una vez analizadas estas teorías, es cómo tanto las teorías que aventuran un diluvio producido en el mar Negro o el mar Mediterráneo cuando, según esa tesis estaban bajo el nivel del océano, tienen una relación caprichosa con el destino en el sentido y la iniciativa llevada a cabo por la Ark of Noah Foundation que antes se mencionaba, en donde precisamente escogen, para la construcción del arca, un entorno geológico similar en tierras que se encuentran actualmente bajo el nivel del mar y que son los Países Bajos.
Los Países Bajos situados en Holanda, donde se comenzó a construir ese arca más moderna en 2012, es uno de esos pocos lugares en el planeta que se sitúan debajo del nivel del océano a pesar de que el mismo está justo al lado.
No deja de ser muy curioso este hecho en donde unos gigantescos diques contienen la furia del mar y unas bombas de agua enorme, achican ese agua marina por sectores ganando cada vez, más terreno al océano.
Si alguna vez esos diques cayeran, se produciría en esa región holandesa un «diluvio» igual al que imaginaron los creadores de esas teorías sobre el mar Negro y mar Mediterráneo, llevándose el agua poblaciones enteras a su paso.
Por otro lado, al hilo de estas teorías, debido a que no hay demostraciones científicas que prueben de manera irrefutable siquiera que hubiese un diluvio, como se describe en los textos bíblicos, así como la existencia misma del arca, se ha recurrido al estudio de las tradiciones orales en diversos pueblos para tratar de iluminar en lo posible este sendero que se adentra en la penumbra de los tiempos.
En este caso, parece tratarse de un hecho común que se recoge en todas las culturas del mundo. En pueblos de Oriente Medio, África y Asia se habla de cómo se produjo una gigantesca subida de las aguas que lo inundó todo durante varias semanas.
Más revelador aún son los testimonios de los pueblos indígenas mesoamericanos como Mayas, Incas y Aztecas, recogidos por los conquistadores españoles que llegaron la América de Colón, cuyos pueblos hablaban en sus tradiciones orales transmitidas de padres a hijos, de cómo ocurrió un diluvio de enormes proporciones en un momento del pasado muy alejado.
El diluvio universal es así recogido en la Biblia, la Torá, el Corán y numerosas tradiciones de pueblos antiguos de todo el planeta, en lo que hace pensar, de manera afirmativa, que el fenómeno ocurrió.
¿Los anímales y plantas que se salvaron en el arca eran para sustento de las personas que navegaban, o fue realmente para salvar las especies?.
¿Sólo se construyó un arca o fueron muchas más?.
¿De dónde vino toda esa agua?.
¿Ese diluvio llegó a cubrir el monte Everest de casi 9 kilómetros de altura o no llegó a tanto?.
Una vez finalizado el diluvio, ¿a dónde fue a parar toda aquella agua?.
Como se puede ver sigue siendo todo un misterio abierto a la investigación y a la espera de nuevos hallazgos y evidencias que motiven nuevas líneas de análisis.
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Notas sobre imagen: La fotografía del encabezado del artículo ha sido facilitada por «Ark of Noah Foundation» y corresponde a un Arca de madera construida por dicha fundación [ http://arkofnoah.org/ ]
Muy interesante. Creo que la geografia del planeta era diferente a la que conocemos. hoy. Probablemente no existian montes tan altos como el Everest, pero sí montañas, valles y llanuras. Hay quienes piensan que la tierra era toda de un solo continente, y que despues de la catastrofe el planeta cambió totalmente. En fin muchas conjeturas. Personalmente creo que las aguas que cubrieron el planeta, segun el registro bíblico, vinieron de «las cataratas de los cielos» y de «la fuente del gran abismo» de las entrañas de la tierra. Me llama la atención el uso de brea, pues desconozco cómo la obtuvieron.
Muchas gracias por sus comentarios.