Función de la impermeabilización.
La impermeabilización tiene como objetivo evitar que los líquidos atraviesen una superficie.
Esta superficie puede separar una zona exterior de otra interior. Cuando se impermeabiliza esa superficie, el espacio situado debajo queda protegido.
El uso más común para esta clase de mejoras y reparaciones es su empleo en azoteas, terrazas, patios y tejados.
En el caso de las azoteas y terrazas se está protegiendo del agua de lluvia los inmuebles situados justo debajo.
Lo mismo puede ocurrir con los patios bajo los cuales con frecuencia se sitúan inmuebles como garajes y aparcamientos.
Proceso, actuaciones y fases.
1. Acondicionamiento de la superficie.
En una primera fase se valora el estado de la superficie. Se procede a su limpieza y reparación en caso de que sea necesario. Si la superficie presenta grietas o parte de sus materiales se han desprendido primero se debe dejar en buenas condiciones antes de tratar de impermeabilizar.
2. Colocación de superficie aislante.
Cuando la superficie está en orden se procede a la colocación de varias capas de tela asfáltica.
Se trata de un tipo de fieltro que se impregna con asfalto. Este material además se reviste con otras capas de asfalto y fibra pudiendo ser la fibra de vidrio, minerales, o elementos orgánicos.
En el mercado existe tela asfáltica de aluminio que es una mezcla de oxiasfalto y fibra de vidrio, todo ello con unos ciertos relieves que fijan mejor la estructura a la superficie.
También existe una tela de pizarra de composición similar a la anterior pero que se usa más en la protección de tejados.
La tela asfáltica negra, también de oxiasfalto y fibra de vidrio, tiene diferentes grosores y es la que más se usa para cubrir grandes superficies planas como son patios grandes y azoteas.
Para colocar estas capas se emplea una fuente de calor.
Primero se distribuyen por toda la superficie largas láminas de esta tela que van enrolladas.
En segundo lugar las láminas se colocan unas junto a otras superponiendo los bordes.
Y por último, con ayuda de una fuente de calor (fuego mediante bombonas de gas) esta tela se derrite y se adhiere a la superficie. También con ayuda de este calor se unen los bordes de modo que la superficie forma un conjunto.
Se presta especial cuidado en cubrir todos los bordes de la superficie, los desagües, y cualquier estructura que sobresalga de la superficie. Sellar estos puntos es muy importante para que sigan realizando su función y a la vez permitan la estanqueidad que se pretende.
A continuación se deja un tiempo para que la estructura se enfríe y posteriormente se llena todo con agua para comprobar la estanqueidad y que no hay filtraciones.
3. Asfaltado de la superficie.
Por último toda la superficie se asfalta cubriéndola con una mezcla asfáltica. Con esta última fase de asfaltado y prensado se protege totalmente aquella superficie.
Si se trata de una terraza o azotea pequeñas se deberá realizar este trabajo de modo manual ya que no podrían subirse hasta allí unas máquinas demasiado grandes.
En el caso de techos con grandes dimensiones como garajes y aparcamientos o en el caso de patios muy amplios situados a nivel de superficie, sí permiten el uso de estas máquinas de gran envergadura.