El reciclaje urbano como modelo sostenible.
El reciclaje urbano como modelo sostenible es una manera de reutilizar los materiales manufacturados de modo ilimitado.
Todos los productos y materiales que son producidos y tratados de manera artificial pueden tener, al menos, un segundo uso.
Es una manera de darlo otra oportunidad cuando su ciclo de vida útil ha finalizado.
Se aspira a un modelo ideal en donde su uso y reciclado es continuado.
Así dicha manufactura se puede descomponer en partes y crear nuevos elementos.
El reciclaje se puede ver como una manera de «dar una segunda vida» a ese conjunto de componentes anteriormente creados.
De este modo todo producto que se crea puede ser reciclado una y otra vez.
El reciclaje urbano como modelo sostenible: elementos.
Un vehículo se puede reciclar en un cien por cien. Todo, absolutamente todo, se puede reciclar en un vehículo.
Por una parte se recuperan los metales de que está compuesto.
También los neumáticos se pueden aprovechar de varias maneras. En unos casos los neumáticos aún tiene un ciclo de vida útil si no están del todo desgastados.
Cuando los que esos neumáticos ya son inservibles, se pueden reciclar.
En los vehículos también es posible recuperar todos los componentes de vidrio así como elementos sintéticos de plásticos y telas que lleva en su interior.
Es posible aprovechar todos sus componentes que se emplearon en su construcción y que pueden servir para otro propósito.
En el reciclaje existen varias fases en donde la primera consiste en acumular los elementos que se quiere reciclar.
Cuando están todos estos elementos concentrados en un espacio, a continuación se necesita clasificarlos por tipos y familias para separarlos de manera efectiva.
Un vehículo por ejemplo se acumula en un lugar junto a otros vehículos en un espacio de almacenaje para su tratamiento posterior.
Lo mismo ocurre con otros materiales como son bombillas, fluorescentes, pilas de mercurio o pilas corrientes, vidrio, plástico, orgánicos y papel.
El reciclaje urbano como modelo sostenible: circuitos y procesos.
De esta manera el reciclaje cubre un amplio abanico que incluye desde los elementos más generales hasta los más específicos.
El reciclaje se percibió desde el comienzo como un compromiso medioambiental. Sin embargo en la actualidad está más motivado por un interés económico.
Reciclar ahorra dinero y abarata muchísimos procesos.
El reciclaje urbano como modelo sostenible se hace más necesario en las grandes poblaciones en donde se produce el mayor consumo.
En las poblaciones rurales y aldeas se vive en un modelo más cercano al de la economía circular. Dicho modelo es más sostenible porque se aprovecha todo generándose una manera autosuficiente de vivir.
En estos casos más que reciclaje se produce prácticamente una reutilización continua.
Sin embargo en las ciudades, por su complejidad inherente, no es posible esta reutilización directa.
En su lugar se realiza el reciclaje de ciertos componentes para situarlos de nuevo en el circuito de producción.
De este modo se deben poner en marcha procesos de reciclaje eficaces. Para lograrlo se dispone de grandes plantas de separación y procesos que minimizan el impacto ambiental.
Dicho impacto se refiere a su eliminación de las propias ciudades que generan estos residuos y también al proceso de reciclado en sí.
Reciclaje de residuos: vidrio y papel.
Estos procesos de reciclaje parten de un modelo integral consistente en la separación en cuatro grandes áreas.
Uno de los procesos que fue de mucho interés desde el comienzo es la recuperación de vidrio.
La industria de creación de envases de vidrio fue una de las primeras interesadas en apoyar esta iniciativa.
Tras la recuperación de envases de vidrio mediante contenedores los mismos se conducían a plantas especiales. Allí este vidrio se sometía a un proceso de triturado y a otro proceso de separación.
En el proceso de separación se eliminaban residuos como etiquetas, partes de metal y plásticos adheridos los cuales resultaban inservibles en el proceso de reciclado.
Este vidrio después se conducía a plantas donde se fundía para poder elaborar nuevos envases.
El segundo grupo con mayor peso fue el del papel.
Reciclar papel fue interesante desde el comienzo porque se evitaba de primeras una mayor deforestación. Al mismo tiempo suponía una opción muy ventajosa para la obtención de celulosas.
El reciclaje de papel y cartón fue también apoyado por las industrias papeleras que de esta manera, mediante procesos mecánicos y químicos lograban reutilizar el papel sin necesidad de emplear los troncos de los árboles.
El color escogido para este contenedor fue el azul.
Reciclaje de residuos: envases.
Y en tercer lugar se puso en marcha, más recientemente, la recuperación de envases.
La creciente incorporación del plástico en la industria alimentaria, textil, cosmética y otras, disparó su consumo.
Prácticamente estos plásticos estaban presentes en prácticamente el cien por cien de los envases de los productos de consumo.
De este modo se optó por su recuperación para no saturar de basuras los vertederos y a la vez reciclarlo de nuevo. Así fue cómo se creó un contenedor especial en las zonas de recogida de basura de color amarillo.
El plástico tiene un proceso de degradación casi nulo lo que hace de dicho residuo un lastre prácticamente de por vida.
De ahí la necesidad de almacenarlo, separarlo y tratarlo adecuadamente.
Reciclaje de residuos orgánicos.
El cuarto gran grupo, que fue el primero de todos, es el de los residuos orgánicos.
En un comienzo aquí se introducían todo tipo de basuras.
Se mezclaban en el mismo contenedor productos orgánicos, el metal de las latas de conserva, el papel, el plástico, y el vidrio, así como arena y diversos objetos.
Todo este conjunto se separaba en plantas de procesado que debían realizar un trabajo enorme para separar todo en grandes grupos.
Y antes de estos primeros pasos en el reciclaje, simplemente se trituraba y se vertía todo en espacios destinados a vertedero.
Reciclaje moderno de todo tipo de sustancias.
En relación a estos últimos en la actualidad se cuenta con protocolos de reciclaje que permiten la recuperación de prácticamente todo tipo de sustancias.
La primera fase de separación antes de la recogida de basuras ofrece una ventaja enorme para su posterior tratamiento.
En la actualidad se reciclan sustancias especiales que son susceptibles de separación por el riesgo que suponen para el medio ambiente.
Algunas de estas sustancias son el aceites orgánicos que se depositan en contenedores especializados. También ocurre con los aceites de vehículo usados y residuos de combustibles.
Las pilas de mercurio así como fluorescentes también disponen de contenedores específicos para su reciclaje.
Existen en la actualidad varios procesos de reciclaje directo que se desarrollan dentro de cada una de las industrias.
También existen nuevas líneas de investigación que permiten el reciclaje de áridos y asfalto. Estos se emplean de nuevo en la creación de nuevas autopistas, carreteras y obra civil.
Además de en su creación se emplean estos elementos reciclados en su mantenimiento.
Cuando se necesita reparar o ampliar un vial todo el material que se retira mediante el proceso de fresado se puede reciclar de nuevo.
De estas carreteras que se reparan es posible obtener materiales muy interesantes para su posterior empleo en la creación de futuras carreteras.
También se pueden aprovechar esos materiales reciclados en la creación de espacios verdes u otros usos urbanísticos.
Como empresa que se dedica al Reciclaje este tipo de acciones, de reutilización y de iniciativas (todos los ayuntamientos deberían apostar por él) nos encantan. Muy buen post compañeros.
Un saludo
Muchas gracias por sus comentarios.