La integración viaria con la red de carreteras

La integración viaria con la red de carreteras requiere de ingeniosas soluciones mediante ingeniería civil permitiendo la comunicación terrestre.

La red de ferrocarril se extiende por todos los territorios. Ponen en comunicación diferentes núcleos de población, así como espacios industriales.

El ferrocarril transporta gran cantidad de mercancías y también muchos viajeros.

La integración viaria con la red de carreteras. Ferrocarril.

El ferrocarril fue inventado tal y como lo conocemos en el siglo XVIII. Sin embargo, en todo ese tiempo hubo mejoras, modificaciones e innovaciones técnicas.

La motivación principal de este sistema fue desde el comienzo la de transportar mercancías pesadas entre dos puntos. En realidad, se trata de una evolución del uso de las carretas tiradas por caballos.

De hecho, al principio los primeros sistemas de railes sobre los que se ponían en circulación vagones, eran arrastrados por caballos.

Más adelante la tracción mecánica estaría a cargo de los motores de vapor. Y es de ahí de donde viene la definición de “caballos de vapor” en donde se establecía la potencia de tracción mecánica mediante el vapor comparada con la del tiro de uno de estos animales.

Carreteras y túneles. Planificación.

El ferrocarril puede recorrer grandes distancias de la geografía. Por esa razón en algún momento debe sortear accidentes geográficos de maneras muy creativas.

La integración viaria con la red de carreteras
La integración viaria con la red de carreteras permite una comunicación más amplia entre poblaciones.

En líneas generales la topografía que más abunda es la llana. No obstante, hay multitud de tramos que tienen espacios montañosos a causa de la geología del lugar.

Cuando se diseñan este tipo de trayectos ferroviarios se consideran varios factores.

El factor más importante en el ferrocarril es el de la pendiente. Una locomotora puede llegar a tener una gran potencia que será necesaria en el arrastre de vagones. Estos vagones vacíos tienen un peso elevado y cuando transporta pasajeros y equipajes ese peso se incrementa.

El transporte de mercancías ferroviario es con frecuencia de pesos elevados. Es el caso de bobinas de acero, gases, vigas metálicas, cemento y toda clase de productos.

Para transportar estos vagones de cargas tan elevadas se hace necesario el empleo de más de una locomotora.

Por esta razón, cuando se diseñan los trazados de vías férreas, se procura una pendiente lo más suave posible. De lo contrario habría una gran cantidad de mercancías que no se podrían transportar en un solo viaje.

La planificación de una red viaria lo más llana posible permite una mayor rentabilidad en el transporte de mercancías a largo plazo. Además de permitir el transporte de mayor cantidad de vagones en cada trayecto, los costes por combustible o gasto eléctrico disminuyen.

Cuanto más llano es el terreno menos potencia de tracción es necesario emplear. Esto se traduce en un menor consumo.

La integración viaria con la red de carreteras. Trazados.

Para lograr trazados que tiendan a una pendiente de cero es necesario crear túneles y puentes. Estas obras de ingeniería civil son imprescindibles para lograr ese propósito.

Los túneles se excavan sobre montes y montañas cuando es inviable rodearlas.

El trazado de ferrocarriles incluye grandes rodeos aprovechando la topografía de valles. Es muy habitual observar cómo estas vías férreas discurren junto a ríos, lagos, embalses, y el litoral.

El objetivo es lograr la mínima pendiente topográfica posible a la vez que una mayor línea recta entre los dos puntos que se quiere comunicar.
Si rodear una montaña no es viable se deben construir túneles, viaductos y puentes.

La integración viaria con la red de carreteras. Carreteras y autopistas.

La construcción de carreteras y autopistas tienen las mismas premisas en su creación. Se trata de que los trayectos sean lo más rectos posibles y con la menor elevación posible.

La integración viaria con la red de carreteras permite una comunicación más amplia entre poblaciones.

En muchos casos es posible ver cómo las vías de ferrocarril y carreteras discurren paralelas.

Sin embargo, en otros muchos ejemplos sus trazados son bastante dispares. Las carreteras permiten una mayor pendiente debido a que los vehículos que las transitan no deben transportar sistemas de vagones como los trenes.

Los camiones que transportan mercancías son lo más parecido a los trenes. En los puertos de montaña de mayor pendiente es frecuente observar cómo estos vehículos circulan a velocidades muy bajas debido al peso de las mercancías que transportan.

Una pendiente así no sería posible de salvar por un tren de manera que llegaría un punto en el que se detendría y a continuación caería marcha hacia atrás sin apenas posibilidad de frenar.

Existen grandes obras y proyectos en donde las vías férreas se entrecruzan frecuentemente con carreteras y autopistas.

Los raíles metálicos discurren sobre el asfalto en laderas de montañas o en valles.

El ferrocarril tiene prioridad en todos estos casos debido a su escasa maniobrabilidad. Cuando el ferrocarril recorre un territorio llano y debe cruzar una carretera o autopista, es esta carretera o autopista la que se eleva sobre las vías mediante un puente.

Cuando se trata de carreteras comarcales y locales de tráfico escaso se construyen en dichos puntos de intersección pasos a nivel. Estos pasos pueden estar automatizados con barreras que impiden el paso cuando se aproxima un tren.

En otros muchos se trata de pasos a nivel libres en donde nada regula el paso de vehículos salvo el reconocimiento visual del conductor.

Tipos de red ferroviaria.

En el transporte ferroviario existen varios tipos de red. Hay tramos para trenes de cercanías en espacios metropolitanos que conectan varios núcleos cercanos a ciudades grandes. Como extensión a este sistema de transporte hay metro y tranvía.

Por otro lado, existen los trazados para largo recorrido que comunican ciudades muy alejadas. En estos casos este largo recorrido puede tener tramos con mayor o menor velocidad.

La integración viaria con la red de carreteras
La integración viaria con la red de carreteras permite una comunicación más amplia entre poblaciones.

A causa de las vicisitudes en el origen de su construcción, algunos de estos tramos no se han podido modernizar permaneciendo con una velocidad limitada en su recorrido.

También existen trenes de vía estrecha cuya función es sobre todo la del transporte turístico.

Desde que se construyeron estos tramos de vía estrecha se han creado infinidad de carreteras que permiten recorrer estos espacios a una velocidad mayor y con una oferta en transporte más amplia.

Por último, existen los trenes de alta velocidad. Estos trenes pueden aprovechar tramos ya construidos. Pero en general las líneas de alta velocidad son totalmente independientes del resto de la red viaria de manera que tanto railes, trazados y catenaria son específicos para lograr una velocidad muy superior.

El trazado de estas vías se asemeja al de las autopistas. Los trenes de alta velocidad sólo suelen transportar viajeros y por tanto poco peso. Eso permite que sus máquinas de tracción tengan una gran capacidad de arrastre y puedan salvar pendientes mayores que los ferrocarriles clásicos.

No obstante, los principios en la construcción de sus trazados son idénticos. Su construcción es muy reciente y su recorrido debe atravesar tanto carreteras, caminos como otras vías de ferrocarril.

Para salvar dichos obstáculos se han construido viaductos que se elevan sobre ellos. En otras ocasiones se han ideado largos túneles que discurren por debajo de grandes autopistas.

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