La seguridad vial en el mundo moderno define unas normas de uso para garantizar la convivencia cívica. Esta convivencia se circunscribe al ámbito del transporte, movimiento de personas, mercancías y vehículos.
Su nivel de eficacia crea entornos con flujos de movimiento más fluidos reduciendo la incidencia, la confrontación y el conflicto.
La seguridad vial en el mundo moderno. Antecedentes históricos.
La seguridad en el mundo moderno nació con el surgimiento de las primeras ciudades.
No hay específicamente documentos escritos sobre este asunto al comienzo. Sin embargo, el sentido común sugiere que muy probablemente había normas no escritas para la circulación.
Las primeras ciudades se construyeron con el auge de las relaciones comerciales entre distintas regiones. Ese comercio consistía en el intercambio de productos de toda clase.
Estos productos podían ser alimentos, especias, herramientas, materiales y textiles. Para su transporte eran necesarios carruajes, animales para tracción como caballos, burros, bueyes, y camellos entre otros.
En las primeras ciudades que ya surgieron hace más de cinco mil años había calles que separaban viviendas, mercados y centros de palacio. Ya había un orden para un funcionamiento fluido de sus habitantes.
Según el período histórico y región es posible distinguir ciudades muy antiguas con unos sistemas de organización similares a los de ciudades contemporáneas.
Destacaban por sus amplias avenidas, sistemas de desagüe y alcantarillado, suministro de agua, aceras, plazas públicas, espacios para el ganado, y áreas de cultivo separadas del resto.
Existía un orden en donde por una misma calle caminaban personas, el ejército, gobernadores, carros con mercancía y animales.
Dentro de aquel flujo aparentemente caótico, existían unas normas no verbales que facilitaban su tránsito.
La seguridad vial en el mundo moderno. Ciudades modernas y nuevos motores.
En las ciudades modernas surgió una innovación mediante los vehículos a motor. Se trató de un nuevo invento que dotaba de mayor autonomía a las personas en la conducción.
Los primeros ingenios a motor surgieron en el siglo XIX. Estos motores fueron evolucionando en cuanto a su capacidad de movimiento y tracción.
En un principio se empleaba el vapor accionado por el calentamiento del agua mediante el fuego. Este fuego era alimentado por carbón.
Fueron así como surgieron las primeras locomotoras de tren y los primeros coches.
En una innovación constante de estos ingenios fue cambiando el tipo de combustible empleado para lograr una mayor fuerza. El vapor permitía mover ferrocarriles y barcos de grandes dimensiones.
La demanda de actividades comerciales crecientes por todo el mundo hizo necesario transportar más carga, más rápido y más lejos.
Para lograrlo se idearon nuevos motores que en vez de carbón empleaban derivados del petróleo.
El uso de gasóleos y gasolinas permitió motores con mayor rendimiento. Estos motores funcionaban mediante un sistema controlado de explosión interno que lograba una fuerza mucho mayor que combustibles anteriores.
Con esta evolución se aumentó de manera progresiva en velocidad y potencia.
Disponer de mayor velocidad supuso una gran ventaja en el comercio y el transporte.
Se podía desplazar a personas de manera rápida y además recorrer grandes distancias.
También fue necesario construir nuevas vías de comunicación para recorrer aquellas distancias.
La seguridad vial en el mundo moderno. Primeras normas escritas de circulación.
Fue a primeros del siglo XX en Europa cuando se comenzó a regular de una manera estándar las normas de seguridad vial.
Uno de los aspectos más importantes consistió en lograr un entendimiento visual global. De esta manera se comenzaron a emplear señales de tráfico que empleaban símbolos.
Estos símbolos consistían en dibujos, números, letras y colores que trataban de expresar conceptos básicos para la conducción.
Los conceptos hacían referencia al sentido de circulación, advertencia de peligros, símbolos de precaución y símbolos de prohibición entre otros.
Al principio había una serie de señales básicas y unas normas generales. Según fueron aumentando los flujos en el transporte y aparecieron nuevos vehículos se idearon complejos sistemas simbólicos, así como normativas específicas.
Normativas.
La necesidad de viajar y de transportar mercancías impulsó medios de transporte más rápidos y con mayor capacidad de carga.
Esas cargas podían llegar a ser peligrosas en caso de accidente de manera que se estableció una normativa que las regulase.
Lo mismo ocurrió con la velocidad. Estos nuevos vehículos a motor recorrían calles que por una parte no estaban preparadas debido a su pavimento.
Por otro lado, la velocidad tan elevada de estos vehículos, muy superior a la de una persona que caminaba por la misma calle a pie, obligó a la redacción de un conjunto de normas.
Estas normas tenían como objetivo lo mismo que en la actualidad, un orden. Proteger tanto a las personas que caminaban como a las que conducían, se convirtió en una prioridad.
También hubo que reglamentar el trazado y dimensiones de las nuevas vías de comunicación que se construían.
Definir su anchura, la pintura empleada, las dimensiones de los arcenes y el tipo de adherencia del pavimento y su trazado dentro y fuera de ciudades, fueron algunos de los parámetros que se tuvieron en consideración.
Estas normativas partieron de un sistema básico que se fue ampliando. En la actualidad las normativas de circulación, así como los estándares en seguridad vial son semejantes en distintos países.
No obstante, existen multitud de matices a nivel técnico que requieren un estudio específico en la construcción de viales en cada uno de estos países.
Educación vial.
Para conducir un vehículo es preciso superar un examen propio. Existen convalidaciones de permiso para circular entre ciertos países. Es posible solicitar un permiso provisional o bien permanente que permita circular de manera legal y con garantías en el país que se desee.
A nivel ciudadano la educación vial es enseñada en la educación primaria. Se entiende que es una de las áreas básicas para la ciudadanía.
Saber cruzar un paso de cebra, o interpretar señales para el peatón, son sólo algunos ejemplos que ya tenemos interiorizados desde pequeños.
Es muy importante conocer estas normas para evitar accidentes en la circulación vial. Lo mismo sucede si se circula con una bicicleta o un patinete.
Lanzarse a recorrer las calles de una ciudad sobre alguno de estos medios, exige un conocimiento amplio sobre las normas, así como los riesgos que comporta al margen de la edad de la persona que se desplaza.
En el colegio estas normas de circulación generales son impartidas por los profesores mediante el currículo definido por el Ministerio de Educación.
Y para aquellas personas mayores de edad que precisan un carné de conducir son formadas por los profesores de educación vial.